Estar en Babia' se ha tornado en grotesca realidad en el siglo XXI. En la Edad Media, los reyes de León escapaban a Babia para huir de los problemas de la corte. Cuando las ausencias regias inquietaban a los súbditos se les respondía evasivamente que el rey estaba en Babia, esto es, ausente, incomunicado.
Habitan la comarca leonesa de Babia gentes de hidalguía y parsimoniosas, vecinas de 24 pueblos repartidos en los municipios de Cabrillanes y San Emiliano. A este segundo Ayuntamiento pertenece Torrestío, que ayer sumó 19 días sin teléfono y televisión. Una dramática sangrante que se agrava cuando la nieve hace acto de presencia, como en el reciente y último temporal, y a la incomunicación se suma entonces el aislamiento.
Durante el duro invierno leonés viven en Torrestío apenas una veintena de vecinos, la inmensa mayoría personas mayores y dos de ellas dependientes de bombonas de oxígeno. También reside en el pueblo una pareja con un niño pequeño de dos años y medio, uno de los escasos de la comarca. Todos se muestran indignados y expresan un único temor. «Si tienes una urgencia... ¿cómo conectas con el exterior?», se pregunta Raquel Rubio, propietaria del único bar del pueblo también con el único teléfono fijo que funciona «sólo a veces».
La indefensión que sienten los vecinos y la incomunicación que padecen empujó a dos familias a abandonar la localidad este invierno. «Por miedo», aseguran lo que quedan, que aún resisten pese a una soledad «que nos pesa y mucho». Para conjurar posibles desgracias «las viejas rezan», apostillan.
Esta no es la primera vez que Torrestío se queda sin teléfono durante días, sino que «es una de muchas». «Las líneas no funcionan cada dos por tres, también en verano», sostienen.
En este último caso, el alcalde de San Emiliano, Pedro Madrigal, denunció el pasado domingo los entonces ya 16 interminables días que los vecinos de Torrestío permanecían incomunicados. «Una situación que se repite una y otra vez con demasiada frecuencia», aseveraba. Madrigal también apelaba a Telefónica para que tomara cartas en el asunto «porque siempre dicen que lo van a arreglar pero no lo arreglan nunca».
La compañía telefónica, por su parte, afirmaba el lunes -17 días sin teléfono- que el corte en el suministro se debía a «problemas de tensión en la red eléctrica por las nevadas». Además, sostenía que los equipos de reparación habían intentado llegar hasta la zona en un par de ocasiones pero no pudieron acceder por el temporal. Telefónica destacaba que el sistema Trac (Telefonía Rural de Acceso Celular) de que dispone Torrestío «ha supuesto un hito en el campo de las telecomunicaciones que ha permitido la llegada del teléfono a estas poblaciones». Pero para los vecinos de Torrestío, «los teléfonos no funcionan desde que nos cambiaron los fijos por los famosos celulares». Y es que, como Telefónica reconoce, la tecnología Trac, vía radio, «es susceptible a las tormentas y los temporales de nieve».
El mismo lunes, Telefónica envió un vehículo oruga hasta la central donde está la antena y, tras supervisar su equipo, atestiguó que «funciona perfectamente». Según la compañía telefónica la avería es consecuencia de un corte en el suministro eléctrico. «La pieza que falla es de la Junta Vecinal. El desperfecto se encuentra en algún punto de la acometida del pueblo hasta el repetidor. Y está enterrado en nieve», certifican. Efectivamente, Unión Fenosa y la pedanía lo confirman.
El presidente de la Junta Vecinal, Ismael Alba, manifiesta que esto obedece «a que hace algo más de un año pusimos un repetidor para captar la señal de los móviles. El problema debe estar en la línea que sale del pueblo al repetidor. Cuando los pusimos Telefónica nos quitó los fijos y nos puso celulares y empezaron los problemas». El pedáneo tacha la situación de «triste y muy grave». «Por donde sube la línea hay un metro de nieve. Además, no tenemos medios para localizar y arreglar la avería, ni la pedanía ni el Ayuntamiento» se lamenta, al tiempo que pide ayuda.
En marzo del año pasado los vecinos Torrestío estuvieron sin teléfono y televisión más de una semana. En aquella ocasión también, además de incomunicados, permanecieron aislados por la nieve. En julio, «vuelta la burra al trigo», permanecieron otros siete días sin teléfono fijo y 15 sin poder usar los móviles, «esa otra vez se supone que por las tormentas».
Los vecinos ya están hartos de un sistema de telefonía «que en verano no funciona por las tormentas y en invierno a causa de las nevadas. Y estamos en 2007, parece mentira». «Lo cierto es que unos por otros la casa sin barrer. Estamos pagando unas líneas que no funcionan, y no lo arreglan ni unos ni otros. Algún día va a pasar algo... y mañana va a nevar».
Fuente: La Crónica de León
